El hotel está enclavado sobre las Barrancas del Río Paraná en la ciudad de San Pedro. El comitente solicitó el desarrollo de un circuito de salud. Se utilizó para ello la barranca respetando los niveles naturales de la misma para no modificar el relieve existente.

Se proyectaron distintas postas de ejercicios con vistas al río unidas por un sendero logrando un circuito peatonal de 397 metros. En cada uno de estos espacios se buscó dar sombra con árboles de pequeña envergadura como las cassias corimbosas y bicapsularis a fin de no cortar las vistas al río desde el hotel. También se utilizaron las palmeras pindó, nativas de la costa del Rio Paraná uniendo, el sitio con el paisaje imperante.